lunes, 21 de junio de 2010

Up,

Una aventura de altura.


''La película es muy buen reflejo sobre como son tratados los niños y ancianos hoy en día''

Es una película de Disney-Pixar, que muestra la historia de un anciano llamado Carl y un niño llamado Russell. Carl es un anciano de 78 años que en su juventud vendía globos, y estaba casado con una hermosa mujer llamada Elie, pero que a esta altura de su vida luego de enviudar, se quedó completamente solo viviendo en la casa que ambos habían construido. Cansado de su vida trata de revivir uno de sus sueños olvidados, viajar hasta América del sur, así decide enganchar su casa a miles de globos y partir, pero no se da cuenta de a quien lleva consigo, es Russell, un explorador, un niño de 8 años, que obsesionado con juntar todas las condecoración , en busca de la ultima , ayuda a los ancianos se encuentra con Carl y por accidente empiezan juntos esta aventura, por un lado un niño con un optimismo digno de admiración y por el otro un ancianito gruñón.

Esta película es un muy buen reflejo de sobre cómo son tratados los niños y anciano de hoy en día, porque en ella encontramos, através de la comedia y lo sentimental, verdades como el abandono que tiene muchos niños y ancianos. Esto se ve demostrado con las escenas de un principio sobre Carl, un señor que para deshacerse de el y poder ocupar su casa lo mas fácil es llevarlo a un asilo y así todos se quitan la carga de encima y Russell un niño que aunque no se muestra explícitamente en la película hay indicios de que por la separación de sus padres no los ve mucho, y de esta situación su obsesión con tener todas las condecoraciones, para sentir que hizo algo que puede enorgullecer en especial a su padre. Ambos personajes se encuentran un poco solos, pero entre ellos, en el desarrollo de la película, se va formando un vinculo de amistad, cariño y que ya en su final de familia, ambos encuentran en el otro lo que les faltaba, Russell, por un lado, encuentra lo que sus padres no le mostraron, y Carl, Russell significa es como el hijo que nunca tuvo, o a estas alturas el nieto.

Esta película nos enseña de que manera los sueños nunca se olvidan y que son lo que nos revive en momentos en que las cosas se ven mal, Carl es un reflejo de los viejitos de hoy, olvidados, pero que con los recuerdos de que el tiempo pasado mejor, por esto no importa cuantos años uno tenga nunca se deja de ser un niño. Como Russell, optimista, que puede ver lo bueno en cualquier cosa, ingenuo.

Le recomendamos que vea esta película con sus hijos, porque se van a divertir, emocionar, todo esto en 96 minutos que dura, dirigida por Pete Docter y Bob Peterson.

Una película que usted y su hijo disfrutaran y que con ella usted podrá entender como es que siempre debe estar con su hijo, no importa la situación que usted tenga porque ante todo usted es padre, y su hijo entenderá a su abuelito y a todos lo viejitos. Fomente el respeto mutuo.

Dafna Berlagoscky Silva.

lunes, 14 de junio de 2010

Como han cambiado...

El otro día iba en la calle y ví a unos niños, de no más de diéz años, y pensé: ¿Por qué habrán cambiado tanto? Ya que si hacemos un breve análisis de los comportamientos y crecimiento mental que presentan los niños de nuestra sociedad y los de una sociedad de hace un par de décadas, se puede ver una gran diferencia en cuanto a estos elementos ya nombrados. Es por eso que ahora se hará referencia a cuales son los factores que provocan este cambio.
Los niños de antes pasaban la mayoría del tiempo con sus madres, ya que estas se preocupaban exclusivamente de mantener el hogar y criar a sus hijos, lo que ahora ha cambiado porque las madres de hoy en día deben trabajar fuera del hogar, para poder mantenerlo y alimentar a sus niños, lo que provoca que estos sean más independientes y crezcan en jardínes.
El hecho de que los niños sean independientes los hace capaces de tener un buen manejo de la tecnología, y comienzan a ver televisión sin un control por parte de sus padres. Y como lo exhibido en la televisión después de cierto horario es para personas con criterio formado no les hace bien, y esto ya no es controlado por ellos, ya no se preocupan de esos detalles y las cosas que estos niños ven en la televisión e internet (otro medio de comunicación que no siempre es controlado por los padres), es lo que les quita la inocencia.
Los niños de épocas pasadas no presenciaban los tipos de progamas de televisión de ahora, ya que los medios de comunicación eran más censurados, por lo cual se entretenían jugando con otros niños y compartiendo con su familia.
Los niños de hoy en día han cambiado muy bruscamente, algo que no es favorable, ya que son inocentes, y la televisión hace que estos vean cosas que a su edad no deben ver y no disfruten de lo lindo que es la niñéz.
Dafna Berlagoscky Silva.
Valentina Herrera Castro.
Constanza Menares Ibarra.
Nayareth Meneses Mendoza.

¿Qué será, qué será?

Arco-iris que se posa
en una flor o en una hoja . . .

Respuesta: soy una mariposa.
Dafna Berlagoscky Silva.

¡Trabalengua divertido!

Constanza Menares Ibarra.

miércoles, 9 de junio de 2010

Enseñar con el ejemplo...

Un domingo familiar decidí llevar a mis hijos a pasar un rato agradable y en familia, así que decidimos ir al mall. Paseando por el mall, pasamos por el cine y vimos la cartelera, a los niños les entusiasmo mucho la idea de ver "Toy Story 3", y ya que es tan poco el tiempo que tengo para estar con mis hijos, debido a que la mayoría del tiempo me la paso en el trabajo, decidí ver la película con ellos.
Fui rápidamente con mis hijos a la boletería para comprar nuestra entrada, y le pregunté al vendedor:
-¿Cuales son los precios de las entradas para ver "Toy Story 3"?.
a lo que el me respondió:
-Para niños menores de 8 años $2.000, y de 8 años hacia arriba $3.500.
Teniendo en cuenta que tengo un hijo de 9 años y otro de 6, le dije:
-Vendame 3 entradas, dos de $3.500 y una de $2.000.
El hombre muy sorprendido me dijo:
-Señora podría haberme pagado dos entradas de $2.000 y yo nunca me habría dado cuenta que su hijo tiene más de 8 años.
A lo que le respondí:
-Quizás usted no lo hubiese notado, pero mis hijos si...
Nayareth Meneses Mendoza.

A veces...

nos olvidamos del niño que fuimos, nos creemos mayores, grandes y fuertes, y no nos damos cuenta de que el niño que llevamos dentro desea salir. Lo disfrazamos de héroe, no sabemos que hacer, sentimos miedo y nos dejamos llevar por la corriente. Muchas veces se pierde en nosotros, pero otra tantas aparece y reluce como siempre...
Todos fuimos niños. Todos quisieramos volver a ser aquel que no se preocupa por nada, que no le importa la tierra en los pantalones, la comida en la cara, el beso de un perro, comer dulces, correr sin descansar, dormirse temprano, tener pesadillas, reír por reír, llorar por llorar, despertar y pensar: "hoy es una aventura más".
Valentína Herrera Castro.

lunes, 7 de junio de 2010

¡Ay, cuánto me quiero!


Es un libro de Mauricio Paredes, autor que nació en Santiago de Chile el 3 de noviembre de 1972. Estudió Ingeniería Civil eléctrica en la Pontificia Universidad Católica de Chile y ejerció profesionalmente hasta el año 2001, momento en que decidió dedicarse en forma exclusiva a la literatura. Actualmente es profesor de Literatura infantil, Expresión oral y escrita, Creación literaria y expresión emocional, y Seminario de Grado en la Universidad Andrés Bello.

Este cuento trata sobre la historia de un niño muy seguro de sí mismo, que se quiere bastante y no necesita de amigos, ya que con él es más que suficiente, porque es capaz de entretenerse solo, siendo así muy felíz.

Aquí se puede apreciar una frase donde demuestra este simpático niño todo lo que se quiere:

¡Que suerte la mía de conocerme de toda la vida! Desde el día en que nací he estado conmigo. Prometo nunca dejarme solo. Me acompañaré siempre, donde sea que vaya.

Tiene un gran sentido valórico y educativo este texto, ya que el personaje principal desarrolla una adecuada autoestima, confianza en sí mismo y sentido positivo en su identidad, lo cual ayuda a cada niño que lea este cuento a seguir su ejemplo, queriéndose, sintiéndose seguro, y siendo capaz de aceptarse, para que así los demás niños también lo hagan. Para que esto suceda es primordial que los padres de estos se preocupen de formarles a cada uno una identidad segura, siendo buenos con ellos, enseñándoles los valores de la vida, y nunca abandonarlos durante el desarrollo de su infancia.

www.habiaotravez.com/Ay/ay.html
Valentina Herrera Castro.